Primarias porque se eligen los candidatos que representarán a cada partido político en la elección general;
Abiertas porque participan todos los ciudadanos sin importar si están afiliados o no a un partido político;
Simultáneas porque se realizan el mismo día, en todo el país y para todos los partidos;
Obligatorias porque todos los ciudadanos de entre 18 y 70 años que figuren en el padrón electoral tienen el deber de emitir el sufragio (optativo para todos los ciudadanos de entre 16 y 18 años, así como para los mayores de 70).
Las PASO definen dos cuestiones fundamentales: qué partidos y espacios podrán participar de las elecciones generales de octubre y de qué forma quedarán conformadas las listas definitivas. Cada partido o coalición puede tener más de un aspirante a ocupar el mismo cargo, algo que se resuelve a través del voto popular.
¿Qué se elige el 11 de agosto?
Este año, la mayoría de las provincias separaron la fecha de sus elecciones locales de las presidenciales con el objetivo de que las disputas por las gobernaciones no se vieran “contaminadas” por la discusión nacional. Sin embargo, el próximo 11 de agosto habrá primarias en todo el país para cargos nacionales (presidente, vicepresidente, diputados nacionales y senadores nacionales).
Escenario 2019
PRINCIPALES FRENTES
Son nueve los espacios que competirán en las próximas PASO en las categorías de presidente y vicepresidente de la nación. A continuación, analizaremos los tres que cuentan con mayor intención de voto:
Juntos por el Cambio: Mauricio Macri – Miguel Ángel Pichetto
Mauricio Macri busca la reelección en un contexto económico complejo: alta inflación, tipo de cambio inestable y una gran volatilidad en las finanzas locales. Para que lo acompañase en la carrera por la presidencia, esta vez el elegido fue el dirigente peronista y actual senador nacional, Miguel Ángel Pichetto. La fórmula recibió el visto bueno de los mercados y se correspondió con una subida en la Bolsa y una apreciación de la moneda local.
Frente de Todos: Alberto Fernández – Cristina Fernández de Kirchner
El 18 de mayo, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció en un video en Twitter que acompañaría a Alberto Fernández en la carrera por la presidencia, formando parte de la fórmula como candidata a vicepresidente. El gesto demostró un intento de apertura del espacio kirchnerista.
Consenso Federal: Roberto Lavagna – Juan Manuel Urtubey
Roberto Lavagna confirmó su fórmula presidencial acompañado por el actual gobernador de la Provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey. Este frente intenta captar a los votantes de centro que están desencantados con el gobierno de Mauricio Macri, pero que a la vez no quieren volver al kirchnerismo.
Polarización extrema
Casi todas las encuestas a nivel nacional comenzaron a registrar un aumento sustancial en la polarización entre los dos principales espacios a partir del anuncio de las fórmulas. Con la incorporación del peronista Miguel Ángel Pichetto al oficialismo y el regreso de Sergio Massa al kirchnerismo, el espacio de “Alternativa Federal” terminó casi por desintegrarse.
En el momento de escribir este artículo, la mayoría de las encuestas confirmaban que los votos de Juntos por el Cambio, sumados a los del Frente de Todos, alcanzarían casi el 80 % del total. Si esto se confirma en las Primarias, ambas fuerzas pondrán todo su esfuerzo en seguir aumentando esta polarización, con la idea de poder ganar en primera vuelta.
CRECER POR DERECHA O POR IZQUIERDA
Después de las Primarias, el espacio Juntos por el Cambio intentará recuperar los votos que ha perdido por la aparición de dos espacios políticos: el “Frente Nos” y el “Frente Despertar”. Se trata de dos fugas de votantes que, teóricamente, apoyaron a Cambiemos en 2015 y 2017 pero que ahora buscan otras opciones de representación. Dado que el Frente Nos podría no superar el mínimo de 1,5 % requerido en las PASO para competir en octubre, es Espert quien más preocupa a Juntos por el Cambio. Además, se estima que hay un gran porcentaje de votantes de Roberto Lavagna que están desencantados con la gestión económica del Gobierno pero que, ante una eventual posibilidad de que vuelva el kirchnerismo, apoyaría a Macri. El oficialismo intentará aumentar la polarización para recuperar estos votos de cara a octubre.
En cambio, el Frente de Todos intentará movilizar al electorado joven. Además, Fernández irá a por los votantes de Macri desencantados por la economía, buscando recuperar también parte de los votantes que integraron ese 54 % que obtuvo Cristina F. de Kirchner en 2011.
El miedo como eje de ambas campañas
Las campañas negativas son formas discursivas de generar sentimientos negativos hacia la candidatura contraria. En este caso, ambos frentes eligieron el miedo como eje de sus campañas. Mientras que el oficialismo basa su campaña en el miedo a “la vuelta del kirchnerismo” (alusión a la corrupción, al autoritarismo, a Cristina como detentora del poder real), el Frente de Todos apunta al miedo de “lo que puede llegar a pasar con cuatro años más de Macri” (haciendo alusión a la reducción del poder de compra, al aumento de la pobreza, a las reformas laborales y previsionales).
Buenos Aires, la madre de todas las batallas
La Provincia de Buenos Aires representa el 37 % del padrón electoral y más el 30 % del PBI nacional. Históricamente, el peronismo solo perdió dos elecciones para gobernar este distrito. Esto cambió drásticamente el clima electoral de cara a la segunda vuelta y permitió a Macri torcer completamente el rumbo de la elección. En esta ocasión, Vidal irá en busca de su reelección frente a la fórmula de Axel Kicillof y Verónica Magario. La Gobernadora llega a estas elecciones como una de las políticas con mayor imagen positiva y habiendo realizado una gestión muy bien valorada por una parte de los bonaerenses. Sin embargo, su líder político Mauricio Macri está muy por debajo de ella en las encuestas realizadas en este distrito.
¿Qué dicen las encuestas?
De estas encuestas podemos sacar las siguientes conclusiones:
La polarización es cada vez más profunda.
La distancia entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos es cada vez menor.
Si la diferencia entre ambos efectivamente es de pocos puntos, la polarización podría acrecentarse de cara a octubre y no sería extraño que alguno de los dos pueda llegar al 45 %, ganando en primera vuelta.
En elecciones tan cerradas como esta, los indecisos son los que terminan definiendo el resultado.
El 11 de agosto tendremos la primera impresión de la senda electoral por la que transita Argentina, pero tendremos que esperar hasta el 27 de octubre, o un mes más, en caso de balotaje, para conocer si los argentinos optan por el camino de la continuidad o de la ruptura.