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19 de agosto de 2019

Le pidió el celular y terminó víctima de una pesadilla

La abogada Romina Sueldo de la ciudad de Río Tercero, fue acosada telefónicamente durante dos años por un albañil de dicha ciudad.
Fernando Sarmiento (34) fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión efectiva por el delito de coacción continuada. Se lo encontró culpable de haber acosado por teléfono durante dos años, entre 2016 y 2018, a la abogada Romina Sueldo (35), de la ciudad de Río Tercero.

El fallo fue firmado en las últimas horas por el juez José Argüello, de la Cámara del Crimen de esa ciudad. La Fiscalía de Cámara había solicitado tres años y nueve meses de prisión, mientras que la querella pidió tres años de cárcel para Sarmiento. Según la causa, todo se originó una mañana, cuando Sueldo, al terminar su jornada laboral, se quedó sin batería en su celular. La mujer que estaba embarazada, esperando su segundo hijo, caminaba por las calles de esa ciudad y decidió pedir un teléfono prestado para llamar a su esposo. Buscó ayuda en una obra en construcción y generosamente se ofreció Fernando Sarmiento. Juez. José Argüello, el magistrado a cargo de la condena. Foto: La Voz.com En ese encuentro, siempre según la causa, el hombre le habría pedido su número telefónico para solicitarle sus servicios como abogada. Así fue como, según el expediente, arrancó la secuencia de llamadas tortuosas. La abogada realizó la denuncia y Sarmiento fue detenido poco después. Durante la misma etapa de instrucción consta que el acusado reconoció que compraba chips telefónicos en la Cárcel de Bouwer para cumplir sus deseos de llamarla. Nada parecía detenerlo. Tampoco era difícil conseguir un celular detrás de las rejas. Persecución: Vivir una pesadilla La víctima tomó distintas medidas intentando lograr que la hostigación finalizara: se mudó de estudio jurídico, cerró todas sus direcciones en las redes sociales y cambió en reiteradas oportunidades de número telefónico. Según la causa, el hombre, al no poder ubicarla, llegó a llamar hasta a sus familiares y allegados. Las comunicaciones acosadoras se realizaban incluso a los Tribunales de Río Tercero y hasta al Colegio de Abogados, según declararon los empleados de estos lugares en el juicio. Además, otras declaraciones de testigos afirmaron que Sarmiento llegaba a comunicarse mientras se masturbaba. Las propuestas que el acusado le hizo a la mujer siempre fueron de índole sexual, según la causa, hasta su voluntad de que tuvieran un hijo juntos. En su defensa, Sarmiento insistió en que todo se trató de “una historia de amor”. En todo momento, la mujer sufrió violencia por esa voz del otro lado del teléfono. Sus llantos en la audiencia dejaron de manifiesto que aún sigue afectada, después del tiempo transcurrido por todo ese asedio. El juez Argüello ordenó que Sarmiento –quien cuenta con antecedentes por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización– se sometiera a tratamiento psicológico y psiquiátrico. En su dictamen, el magistrado hizo especial mención a que se controlara y se monitorearan las llamadas telefónicas que eventualmente realizara el acusado desde el establecimiento carcelario. Sarmiento terminó condenado a la pena de tres años y cuatro meses de prisión efectiva. El máximo para ese delito está fijado en los cuatro años. Fuente: La Voz.com

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